Una sonrisa olvidada:
´´Es fácil perdonar a un niño con temor a la
oscuridad; La verdadera tragedia es que los hombres teman la luz’’ Platón
En la casa González Fuentes vivían María Isabel y Carolina González, María Isabel, llamada así
por su madre, Isabel, adoraba escuchar los cuentos de su abuela Mariana, Todos
tenían una esencia única y verídica, después de años de recuperación de su abuelita,
Mientras María Isabel y Carolina peinaban a su abuela para ir a casa de su tío
Eduardo.
-¡Abuela! ¿Por qué yo nunca puedo escuchar tu
historia?-Dijo con la rabieta de una niña, Aunque no lo era.
-Porque siempre estas distraída- le replico María
Isabel con burla, siempre le gustaba molestar a su hermana menor
-¡Basta las dos! ¿Por qué mientras esperamos les cuento
mi historia? Al final, tengo un desenlacé afortunado mis princesas… ¡Ya
Carolina déjame el pelo! Veamos… Por
donde comienzo…-La abuela cerro sus ojos por un momento y varias imágenes
pasaron por su mente… Y así Volvimos al comienzo…
Maturín, era conocida como ‘’la ciudad distinta’’
epíteto que Mariana nunca entendía, ya que para ella, era el lugar más común
del mundo… Solamente existían dos cines, de los cuales, uno era considerado el
mejor… Existía un sector denominado ‘’Las avenidas’’ donde estaban rodeados de
clínicas y varias, varias (En realidad muchísimas) Parroquias… Donde la mayoría
de los lugareños le gustaba asistir…Mariana siempre pensó que era ridículo ver
como las personas iban a las parroquias o a las basílicas tratando de practicar
el culto a Dios, pero en su día a día eran chismosas y banales, Su padre
siempre decía que ‘’El que hacia bien le iba bien’’ Pero ¿Había veces en las
que el destino se equivocaba? ¿O solamente Dios pensaba que para los grandes
guerreros eran necesarias las grandes batallas? Ella creció con esa duda, lo
que ella no sabía era que viviría en carne propia esa situación… Desde niña, a
Mariana le habían gustado los grandes prados, donde ella jugaba con sus 10
hermanas y hermanos, ella era la 5 después de 4 mujeres, Sofía, Aurora, Flor y
Bella, después, estaban 3 Varones, Eduardo, Juan y Pedro
José(Peruchito,Peruchito) después seguían las dos últimas, Luisa y
Josefina(Siendo esta 10 años menor que Mariana, Tanto así que la quería como
una madre, la apodaba cariñosamente Mana) Esos días eran geniales, En las
mañanas, todos se levantaban a desayunar y su madre, Doña Hortensia de León,
Cantaba y peinaba a sus hijas con mucho cariño… Todas tenían características
similares, como los ojos tinta, similar al ahumado de las ventanas de los
carros… Como si fueran unos túneles, negros y profundos… Cabello negro, largo y
liso… Eran las características Mulatas de su madre, siendo dominantes para
todos ellos… Su padre, Don Eleuterio León, Era un hombre filosófico y con gran
pasión hacia el arte, Mariana no tenía mucha relación con su padre porque este
le interesaba más convertir a sus hijos en machos… Y a las mujeres les dejaba
las tareas de lavar, limpiar y ordenar la casa… A Mariana nunca le gusto esa
idea, siempre pensó que ella debía de hacer algo mas… por eso siempre fue una
gran estudiante, hasta que descubrió su profesión ‘’La enseñanza’’ Aunque en
esa época, en Maturín no se encontraban lugares para educar a los maestros, por
eso tuvo que trasladarse a Caicara de Maturín, donde estaba un gran lugar donde
educarse… Después Josefina y Luisa, siguieron su ejemplo… De estudiar ¡Las
mujeres deben hacer algo más que limpiar y atender a sus esposos! Mariana
siempre fue una mujer muy atractiva, Alta, de cabello negro como la noche y
ojos grandes, de un color como la tinta negra al derramarse en un papel para
escribir el mejor de los poemas… Con una sonrisa preciosa, Además, siempre fue
una persona limpia, pura y alma blanca… Y ella era la prueba viva de que la
naturaleza buena o mala de ti misma se manifiesta en tu exterior, Ella fue la
mejor de su generación, tanto así que recibió un reconocimiento el día de su
graduación… Ese día lo conoció a él, a Antonio Miguel González, Quien sería su
esposo y padre de sus 3 hijos, Antonio era un hombre guapo, con el cabello de
un color cobre, similar a la miel recién salida de un panal de abejas… Con una
piel pálida que hacia contraste a la perfección con el cabello y ojos…De un
tono amarillo verdoso, Era alto y corpulento… de contextura gruesa que lo hacía
parecer un verdadero levantador de pesas, pero aun así, caminaba con total
elegancia… Y su tono de voz era musical y tenue… Era una lástima que toda su
esencia escondiera a la bestia que llevara dentro de sí mismo…No dudaron en
comprometerse después del primer mes de haberse conocido, El decía que era un
hombre bastante ocupado, era abogado… Bastante hablador de su materia… trataba
a Mariana con total aprecio, y después se abrió paso a la más elegante de las
bodas, Mariana se quedaba corta… Con una iglesia repleta de flores e invitados,
ella lucia el vestido de novia más elegante de la época… Era todo cuanto se
había esperado, La gente-Banal y estúpida- pensaba que porque él trataba a
Mariana con total aprecio, sería lo mismo que con sus hijos… Pobre futuro
esperaba… Se mudaron a una enorme casa de campo, bastante lejos, en el
municipio donde Antonio trabajaba, Acosta… El lugar era precioso, la casa tenía
5 habitaciones, un ático y sótano… además de un enorme Sauce de viejo aspecto
en el jardín… Mariana al principió le parecía aterradora, pero a ella siempre
le habían gustado los jardines así que ese sauce muy pronto tendría el aspecto
más bonito de toda Venezuela,Con el pasar de los meses, Mariana estaba
desesperada, porque no habían concebido un niño… Y a Antonio le molestaba esa
situación, hasta el punto de, encolerizado, buscar a una vidente para ver lo
que estaba sucediendo, Mariana no creía en esas cosas… Pero la rabia de Antonio
era tan iracunda que decidió ir con él para no hacerlo sentir peor… Al llegar,
la vidente en sus aposentos solamente quiso atender a Mariana.
-Hola, Mariana ¿Necesitas un te? Te veo un poco
aturdida-Para ser una vidente, o bruja también llamada, era hermosa, tenía la
fase de un ángel malicioso con los ojos del azul del cielo cuando está a punto
del anochecer.
-Eh, no, estoy bien…-A Mariana le sorprendió que
supiera su nombre… Pero luego pensó que tal vez Antonio le dijo que ella iba a
hacer una sesión.
-Veo tu problema ¿No puedes concebir? ¿O sí?- Abrió
los ojos de par en par, mostrando un aire triste, Mariana se pregunto cuál
sería la causa de su tristeza.
-No he podido, Hace un mes, pensé que estaba
embarazada, pero una semana después me bajo la menstruación-Dijo Mariana con un
aire de desolación.
-Pero tú no querías venir para acá ¿O me equivoco? ¿No
crees en mi o sí? Es necesario que creas- dijo ella con un tono autoritario
-Solo vine por mi esposo-Admitió al final
-Escúchame bien lo que te voy a decir, Mariana León,
Soy una vidente, veo lo que debe verse y ya está, el futuro puede cambiar si tu
quieres que así suceda… En un mes te empezaras a sentir mal, Vómitos y ese tipo
de cosas… Y tendrás a tu primer hijo… Sera Varón y lo nombraras como tu Esposo
¿Por qué me miras con esa cara de sorpresa? Si, no será solo un varón, serán 3,
En un año, vendrá el segundo… Tendrá una marca de luna creciente en el hombro
derecho, tranquila, no es nada grave… El tercero y último será el más parecido
a ti, Lo tendrás en dos años… Te advierto, ten cuidado, Ellos, como tú, corren
peligro y tu verdugo será la persona a quien más aprecies… Sal de aquí ahora,
no tengo más nada que decirte- De repente Mariana sintió las ganas de salir
corriendo, de ir hacia su casa y encerrarse en su cuarto, su verdugo seria
quien más ella amaba, sus tres hijos… la luna creciente… El camino hasta llegar
a su casa fue bastante silencioso y tranquilo y al llegar, al encerrarse en su
cuarto y sentir la paz de su cobija de color marrón... Encontró algo, era una
medalla, Él dije tenia forma de luna
creciente, dorado y detrás tenía algo
escrito ‘’la magia y la inteligencia son cosas peligrosas, pero el amor lo es
todavía más’’ Mariana pensó en la
vidente, sus ojos, ese azul oscuro y malicioso de cualquier atardecer… ¿Qué
escondería? Emanaban una ruptura increíble, tal vez un asunto inconcluso o tal
vez un amor prohibido o perdido… Solo había que ponerse a analizar la cara de
una persona o más bien, sus ojos, que dirían, los ojos no saben guardar
secretos y nadie más que ella lo sabía.
El plazo que dio la vidente para que Mariana tuviera a
su hijo ya había llegado a su fin, El mes había pasado lento, En espera… Hasta
que ella empezó a sentir mareos y ataques hormonales… Pasados 15 días se dio
cuenta que tenía dos semanas de retraso de menstruación… Mariana no creía que
la vidente haya sido tan acertada, Antonio intentaba esconderlo, pero
últimamente se había visto muy nervioso,
ansioso y todas las noches bajaba al sótano con el fin(Al parecer) de mirar si
todo estaba en orden, Mariana pensaba que era ridículo, si unos ladrones
intentarán meterse, lo harían por otras puertas, en lugar de utilizar el
sótano… Ella se guardo ese pensamiento para sí misma y evitaba hacerlo enojar a
toda costa, al ir a su médico de confianza, El doctor Andrés Castro, este no
dudo en decirle la verdad ¡Estaba embarazada! Mariana no pudo evitar contener
la felicidad y la sorpresa de este asunto… La vidente tenía razón… Estaba esperando
a su primer hijo, Durante ese tiempo se
podría decir que ella fue la mujer más feliz de
la época, llena de mimos y
caricias por parte de su esposo y sus hermanas, sus queridas hermanas y su
madre estaban de visita con ella… Josefina, Ya había terminado su carrera de
profesora y era una bonita flor de piel tostada, Ella deseaba que esos momentos
no se terminaran... El pequeño niño, se llamaría como su esposo y su segundo
nombre seria Enrique, a ella siempre le había gustado ese nombre… Pasados los 9 meses, ocurrió el nacimiento de
Antonio Enrique Gonzales León, el primogénito de esa familia… Fue una
intervención por Cesaría… El niño era precioso, Cachetón, corpulento, de piel
blanca y cabello negro, liso y unos ojos marrón claro, similar al color de un
roble en sus años de vida… Todo era alegría con este primer niño, Antonio
estaba muy contento con el… decía que él iba a ser tan fuerte e inteligente
como su padre… Pasaba el tiempo y todo parecía ser un cuento de hadas ¡Era un
sueño! Antonio era el niño más dulce del mundo, todo era mejillas y sonrisas…
Su esposo la besaba con ternura cada vez que llegaba de su trabajo y cuando el
creía que ella no estaba mirando, cargaba al niño y lo mimaba con mucha
dulzura… Nada más que ver esas escenas hacía a Mariana la mujer más dicha, Al
pasar un año del nacimiento de Antonio… Mariana empezó a ver que otra vez se
sentía mal, en estado de espera… ¡Dios, la vidente había acertado de nuevo!
Estaba embarazada de nuevo… Aunque este embarazo fue difícil, muy difícil y
doloroso también… Antonio le cayó por sorpresa el segundo hijo que iban a
tener, pero eso no quería decir que no estuviera emocionado con la idea… Quería
que se llamase Eduardo, como su hermano menor… Pero También le atraía el nombre
José… Por eso decidió llamarlo José Eduardo, El niño nació en perfectas
condiciones, aunque este no era tan cachetón, poseía unos enormes ojos marrones
llenos de vida… Cada vez que ella lo amamantaba, estiraba esos ojos con gesto
de alegría… Aunque cuando tenía sueño, sus ojos mostraban una enorme tristeza
iracunda ‘’Este niño será muy expresivo cuando sea grande’’ comento doña
Hortensia al ver a su nieto por primera vez… A Mariana se le había olvidado lo
que había dicho la bruja acerca de ‘’La marca de luna creciente en el hombro
derecho’’ hasta que un día, bañando a su pequeño niño, le vio el brazo derecho…
y este contenía una diminuta marca de color marrón en forma de luna creciente…
¡La vidente acertó por 3era vez! Mariana
empezó a preguntarse si lo que dijo de último se haría realidad ¿Estaría ella
en peligro? ¿Ella tendría cerca a su peor verdugo? De ser así ¿Quién sería?
¿Sus hijos? Ella se quito ese pensamiento de la cabeza, Tal vez esas cosas solo
estaban en su mente… Y no era necesario ser tan supersticioso con ello.
Pasaba el tiempo y ella veía cosas increíbles en sus
dos niños, Antonio, Ya había empezado a hablar y José Eduardo a caminar, a
Toñito le gustaba mucho jugar con su hermanito… Ya lo iban a inscribir en el
kínder para que empezara su educación… Eran dos ángeles en su vida… Antonio,
intentaba llevarse al pequeño Toño para que se formara como un hombre al
crecer, pero este, al llegar a casa con su madre, no hacía más que llorar,
Mariana en su inocencia, creía que era porque la extrañaba, No sabía de la
serie de maltratos que sufría el niño con ese neandertal que tenia de esposo.
Había algo extraño en el ambiente… Con el pasar del tiempo,
Mariana se volvió a dar cuenta que estaba embarazada -El 3er embarazo que la
vidente había predicho- ¡Que Alegria! El 3er varón, Mariana estaba muy feliz,
aunque no se puede decir lo mismo de Antonio… El solo quería un hijo… Aunque
eso no fue razón por la cual el no dejaba de estar emocionado con la idea de su
tercer hijo… Ese tiempo paso rápido, El tercer y último hijo, decidieron
llamarlo Pedro Miguel, Como San Pedro y San Miguel respectivamente… Era el más
parecido a Mariana, Con la piel tostada y los ojos ahumados, Similares a la
negrura de la noche ¡Exceptuando la nariz! Era tan fina como su dulce rostro,
que mostraba la inocencia de un angelito... Los niños, Emocionados por su
tercer hermano, le hacían morisquetas de todas las clases, en especial Toñito…
A él le gustaba mucho cuidarlos a ambos.
Los años pasaban como el tiempo que dura un corazón
latir, la alegría de esa familia era increíble… Hasta que de un momento u otro,
todo empezó a cambiar de una manera drástica, Antonio, se había vuelto un hombre
frio y maltratador con su familia, Ya no besaba a su esposa ni abrazaba a sus
niños… Solo les daba una serie de golpes y daños psicológicos a los niños, Sin
razón alguna… Y amenazaba de forma significativa a Mariana, que lo único que
ella hacia era llorar, al ser testigo de tan macabras torturas… Antonio dañaba
de una forma mayoritaria a Toñito debido a que este tenía un carácter muy
vulnerable… Y él pensaba que con los golpes, los malos tratos y las
humillaciones… El se volvería un hombre… El solo trataba de ser fuerte por sus
dos hermanos… José Eduardo y Pedrito… En las noches, cuando el sabia que
Antonio se iba a dormir, conversaba con su hermano sobre irse, buscar la
libertad… Y luego volver por su mama y Pedrito, Pensamiento que luego desechaban,
debido a que temían que si se iban ¿Qué sucedería en un arranque de rabia de
Antonio? Era capaz de todo, Hasta de matar a su familia si era posible…
Mariana, pensaba en huir de ese desalmado que tenia de esposo… Pero no sabía cómo,
a donde volver, y como quedarían sus niños sin su casa… Aunque eso no era casa…
Antonio pasaba la mayoría de las ocasiones encerrado en el sótano (Si no estaba
trabajando) O Maltratando una forma
significativa a sus hijos, golpeándolos o insultándolos brutalmente… Hasta que
un día, Mariana se armo de valor y le pregunto su esposo:
-¿Por qué?-Dijo ella entre lagrimas.
-¿Por qué qué? ¿Crees que soy adivino?-Dijo con un
tono déspota que ahora se le era muy común en el.
-¿Por qué le haces tanto daño a mis niños? ¿Por qué?
Escúchame bien Antonio, me voy a ir, ya no aguanto esta situación con mis
niños, ellos te tienen miedo, ya no quieren nada contigo ¿Qué va a suceder
cuando estén grandes? No quiero que se traumaticen.- Se encontraba al borde de
la impotencia, al borde de la locura si era posible.
De repente, como si ese hombre hubiera perdido la
cabeza, tomo por el cuello a Mariana y la miro directamente a los ojos, estaban
encendidos, como una cobra al ver a su próxima víctima.
-Escúchame bien, ni intentes poner un pie fuera de
esta casa, ni tú, ni tus bastardos… La razón es que odio, aborrezco y me llena
de rabia que tus niños sean tan buenos y angelicales como tú, deben ser
hombres, machos y realmente cazadores… Ellos no van a ser nada si siguen así, Y
la verdad es que ni tu ni ellos me importan en lo más mínimo… Pero ustedes son
míos, de mi propiedad… Y si intentan hacer algo para irse de aquí, me veré
obligado a matarlos si es posible.- La soltó con tanta fuerza que la dejo en el
piso, llorando… Esa tarde, ella la paso pensando, fijando fechas, para ella
irse… No le importaba si salía viva o muerta de ese lugar, Pero sus hijos
debían vivir, Ser libres.
Antonio salía los jueves a las 7 am y regresaba a las
6 pm, lo que le daba a Mariana el tiempo para tomar sus cosas e irse, pensó en
irse a Casa de su madre, en Maturín un tiempo hasta que pudiera comprar su
propia casa… Como Antonio y Doña Hortensia habían dejado de tener relación en
mucho tiempo… A esta no le preocupaba que fuera a buscarla, por ello, ese día,
tan pronto se fue Antonio, ella hablo con sus niños para irse… Lo que ella no sabía,
es que Antonio estaba consciente de ese plan, y pensaba darle una sorpresa… Iba
a cumplir sus amenazas e iba a incendiar la casa de campo… Se encontraba en su
coche, esperando que Mariana intentara salir con sus 3 monstruos… Estaba
encolerizado y a su vez, excitado por la idea de ser un hombre libre con la
partida de su infernal familia… Cuando vio que Mariana se encontraba agarrando
sus maletas, Y llamando a sus niños para irse, El cazador entro a la casa… A
Mariana se le pusieron los pelos de punta al verlo.
-Mi amor ¿Vas a algún lugar?-Dijo con un tono dulce,
pero sus ojos reflejaban el daño que pensaba hacer.
Mariana no hizo más que gritarles a los niños que
entraran a sus cuartos… Antonio se dispuso a golpearla como nunca lo había
hecho, Se sentía grande, Majestuoso, Los niños dentro su cuarto, lloraban y
temían que algo malo le sucediera a su madre… Toño, empezó a rezar y a
repetirle a la virgencita que protegiera a su mama… Hasta que de un momento u
otro, Le dijo a Eduardo que tomara a Pedrito Y Que los 3 iban a salvar a su
mama, Como, no lo sabían, pero lo iban a hacer… Al bajar, y ver la horrible
escena de su madre en un rincón de la casa, ensangrentada y a su padre en el
sótano buscando gasolina… Se dispuso a tomar a su madre con toda la fuerza que
podía dar un niño de 8 años… El era muy fan de Superman… Y este era el momento
de ser el superhéroe de su mama, mientras la tomaba de brazos, al llegar a la
cocina, se encontró con el espectro de su padre llenando de gasolina los
muebles, los cuadros, Todo lo que estaba allí y al verlo, ni siquiera se apiado
de ver a su hijo arrastrando a su madre por el suelo… Ese hombre era un
monstruo… El niño, no hizo mas que decirle a su padre.
-¿Por qué hiciste esto papi? Ya no te quiero y voy a
salvar a mi mama- Lo dijo como si fuera un niño grande, proyecto una fuerza
mayor a lo que cualquier niño de su edad puede hacer.
-Porque eres un llorica igual que tu madre, ahora
todos ustedes se van a quemar.-Dijo el cazador antes de encender un yesquero
que tenía en las manos, de repente, todo se prendió fuego… Era como si hubiera
bajado al mismo infierno… Y Toño ya no veía nada, ni a sus hermanos, ni a su
papa, Solo estaba el y su madre –Virgencita, protege a Eduardo y a Pedrito- Fue
lo que pensó y corrió arrastrando a su mama… El camino era denso, con el humo
que era muy molesto para la nariz-Pensó Toño- Pero nada importaba, ellos debían
salir, Al ver una luz… El sintió paz, era la luz que venía de la puerta y a su
lado, lo vio a el a Antonio, se había golpeado la cabeza con un cuadro de su
padre, y estaba inconsciente, Toñito, que tenía una sabana justamente al lado
de la puerta, la tiro encima de Antonio-Ya así, capaz y cuando despierte todo
sea cenizas-Pensó Toñito… Y así, pudieron llegar al jardín donde estaba el
enorme sauce, Su mama se veía muy golpeada, pero respiraba, Toñito sabia que
alguien respiraba cuando su pancita se movía de arriba abajo, Descansaron en el
Sauce… Y de repente, Toño sintió que alguien lo tocaba por los hombros, cuando
vio, era su hermanito, Eduardo, con Pedrito, Lo abrazo.
-¡Hermanitos! ¡Pense que se habían quedado allí
dentro!- Dijo Toñito, estaba llorando, pero por primera vez, sintió paz consigo
mismo.
-No seas tonto, Toño, nosotros huimos y nos quedamos
detrás del sauce, esperando a que saliera papa para ayudarlos, cuando vi que se
prendió fuego, me asuste y me quede con Pedrito- Eduardo estaba sonriendo, con
los enormes ojos que proyectaban energía.
Como golpe del destino, un granjero muy amigo de
Antonio iba pasando y cuando vio la terrible escena de fuego que tenia la casa
lugareña, se acerco a ver si quedaba alguien vivo, Los niños, le gritaron que
vinieran a ayudarlos… El señor, los subió a su camioneta y los llevo hacia
Maturin, para que atendieran en el hospital a Mariana y los niños se quedaran
con su abuela… En la camioneta pickup, los niños se voltearon y vieron la casa
en llamas, Antonio lo que dijo fue:
-Ya seremos libres, Papa no nos volverá a pegar-Dijo
con una sonrisa
-Si, y cuidaremos de mama y de Pedrito, Ahora seremos
tu, Pedrito y yo, Los 3 contra el mundo… Y siempre protegeremos y vamos a
querer a mi mama, Luego cuando seamos grandes, le haremos una casa gigante
donde ella pueda ser feliz ¿Promesa de hermano?-En un acto de instinto, José
Eduardo de escupió en la mano y se la dio a Toñito, Toñito imito la acción, y
con una sonrisa replico:
-Promesa de hermano.- Y ambos sonrieron y abrazaron al
pequeño Pedrito… Ya todo había terminado…Tras la recuperación de Mariana, se
mudaron a una bonita casa en la avenida Juncal, de Maturín, pasaban los años,
como si fueran minutos, Los niños-Que ya no eran unos niños- Les gustaba hacer
feliz de todas las formas posibles a su mama, Les daban las mayores
satisfacciones del mundo, Toñito, O más bien Antonio, ya era un Joven de 18
años, Alto, de cabello azabache, de piel pálida y con la nariz chata, era un
chico corpulento, pero gozaba de una gran elegancia al caminar, Había decidido
estudiar medicina, Quería salvar vidas y ayudar a quienes lo necesitaban… Más
tarde, José Eduardo, elegiría ese mismo camino, ahora el, alto (Mucho mas que
Antonio) de cara en forma de rectángulo, nariz chata y enormes ojos castaños
llenos de energía, era un chico de sonrisa preciosa… Quien adoraba ayudar a su
mama a cocinar y por último, Pedrito, era un joven de 16 años… Quien más tarde
eligió estudiar derecho, quien se volvería doctor en su materia… Era un joven
inteligente y el más parecido a Mariana, con la piel tostada y los ojos que
mostraban tranquilidad, y su semblante siempre estaba pasivo… Los 3 eran unos
ángeles, Quienes estarían con su madre hasta el final…
Muchísimo tiempo más tarde, Antonio, quien amaba las
casas grandes con aspecto de castillo, Eligio hacer una en los campos de la
carretera del sur, con un jardín repleto de izoras, y un espacio para que su
madre (Quien ahora era abuela) tuviera un lugar donde sembrar sus hermosas
plantas y con decoraciones de piedra por todo el lugar, Era un lugar hermoso,
la sala era un espacio concretamente familiar, con una chimenea y un estante de
cristal donde se colocaban las fotos y por último, una cocina donde Mariana,
con la esposa de su hijo Antonio, Isabel, conversaban y cocinaban juntas…
Mientras observaban a las pequeñas María Isabel y Carolina corretear,
Mariana(Quien como abuela), era la luz de ese lugar, todo era un espejo de sí
misma, siempre le sacaba una sonrisa a quien llegaba, adoraba cocinar, y era la
mejor en eso, así ella hiciera lo más simple, José Eduardo y Pedro- Quienes se
habían vuelto, hombres de grandes valores y responsables- Amaban cuando ella
venia y les preparaba algo de su gastronomía preferida o simplemente la mas
mínima tontería cocinada por ella, Cuando María Isabel se sentía triste, La
abuela la tranquilizaba con un terroncito de azúcar, y como niña, sentía que
todo cobraba una segunda dimensión, donde solo eran su abuela y ella…No
solamente le gustaba cocinar, sino que era la mejor mentora del mundo, esa era
su vocación, para lo que ella había estado destinada, y ahora que llevaba
tiempo jubilada, nada la hacía más feliz que enseñar a sus nietas… Carolina y María
Isabel, Cuando venían sus otros 2 nietos, Ana y Eleazar, se ponía muy feliz al
estar con ellos, Aunque Maria Isabel y Eleazar no se llevaban muy bien-Son
cosas de niños- Era lo que comentaba sobre sus tontas peleas.
Las épocas de navidad, para los González, eran las
mejores, todos esperaban la llegada del niño Dios y no había mejor noche que la
del 24 de diciembre… Mas con el banquete que realizaba la abuela (Normalmente,
era ayudada por Isabel y Antonio además que, comúnmente José Eduardo y Pedro
hacían algo especial pero había que ser honestos, Todo quedaba opacado por lo
que preparaba Mariana) Las hallacas, la ensalada de gallina eran su
especialidad, su sabor era único… Según la abuela, Así la hacia su madre, Doña
Hortensia y algún día, María Isabel, Carolina y Ana, tendrían la mismo sazón…Una
navidad, Maria Isabel recibió un regalo especial, Era un collar en forma de luna
creciente, dorado y detrás tenía algo
escrito ‘’la magia y la inteligencia son cosas peligrosas, pero el amor lo es
todavía más’’ Ese era el collar de su abuela… Cuando se lo fue a devolver, la
abuela lo negó
-¿Por qué,Abuelita?- Maria no comprendía, ese collar
era muy viejo, pero era valioso, pertenecía a una de las mujeres más admirables
que había conocido en su vida.
-Es tuyo hija mía, eres mi primogénita, cuídalo con tu
alma y debes dárselo a tu primera hija, para que vaya de generación en
generación, mientras lleves ese collar en el cuello, Yo estaré contigo,
cuidándote, protegiéndote, Siempre estaré contigo, nunca lo olvides… Y el
collar es un recordatorio.- La abuela abrazo a su nieta, María Isabel estaba
llorando y no sabía porque, tenia un mal presentimiento… Pero ella se alejo de
sus malos pensamientos, Y fue con su hermanita y su prima a abrir los demás
regalos.
Y asi, pasaban los años, no solamente los niños iban
creciendo y escuchando los consejos de su abuela, sino que todavía-Siendo
hombres hechos y derechos-sus padres también iban por consejos hacia la abuela,
para pedir su opinión con respecto a distintas situaciones… Ella siempre les
ayudaba y reaccionaba con una sonrisa, Durante ese tiempo, todos imaginaban que
nada iba a cambiar, que todo estaría bien, que siempre estarían riendo… Con el
pasar del tiempo, muchas cosas empezaron a cambiar… Ya no eran 4 niños, sino 7
con la llegada de Jose, Enrique y Priscila, todos con 3 años de diferencia… Y
que los retoños mayores de los Gonzales ya no eran unos niños, Carolina, se
había vuelto una joven de cabello negro y ojos color verdes, similar a los de
un gato… tenia 14 años y era la menor, Ana… La segunda, tenia la piel morena y
unos enormes ojos negros, a pesar de que se parecía mucho a su madre, sus ojos,
ahumados como los vidrios de los autos … Eran parecidos a los de Mariana, su
abuela… Era tan solo unos meses menor que María Isabel, de 16 años… Tenía la
piel pálida y el cabello del color cobre y bastante largo… era la más parecida
a su padre, Antonio y a su vez, tenia rasgos iguales a los de su madre, Isabel,
como la mirada tranquila y la forma de los pómulos… Alineados, A pesar de las
diferentes gamas de colores de cabello y piel, todos tenían rasgos similares,
Como los ojos grandes y la nariz chata(Excepto Pedro, el menor de los hermanos…
Su nariz era clásica, perfilada, con el tabique y los huecos en su lugar) Tenia
rasgos similares a Eleazar, quien ahora era un jovencito de 15 años, Aunque
este tenía unos ojos marrones llenos de vida, como su tio Eduardo… Seguía
discutiendo con María Isabel(Por cualquier tema) , aunque muy dentro de sí
mismo, la quería como a sus otras primas.
Un dia, todo empezó a cambiar, la sonrisa de Mariana
cambio por una mueca de dolor, había empezado a sentirse mal y los doctores la
ayudaron, pero peor fue el remedio que la enfermedad… No hizo que ella
empeorara su situación, Ya no se le encontraba solución a su problema… José
Eduardo, contacto a sus mentores pero ellos tampoco le encontraban cura,
orgánicamente hablando, ella estaba bien… Pero psicológicamente hablando, su
vida era una tortura diaria, llego hasta el extremo de no querer salir, ni
tomar los medicamentos, ya no quería hablar con nadie, ni con sus nietos, ni
con sus hijos… Solo quería que la dejaran
con su dolor y ella… Ya sus hijos se ahorraban el preguntarle ¿Cómo
estas? Ya que sabían que la respuesta seria un adjetivo destinado al mal… Para
ella, todos los días eran grises, Toda su ropa se le veía fea y la única
solución que ella veía a su problema era morir y descansar en paz… Se le había
olvidado vivir y sonreír, Ya no existían comidas para sus hijos, ni idas a las
iglesias… ni conversaciones con Isabel, ya no enseñaba a los más pequeños, solo
eran días de espera, ella solo esperaba que la muerte se asomara en su ventana…
Pero ella no entendía, no veía, el dolor que sentían sus hijos al verla, la
frustración que sentían, la tristeza que sentía Eduardo por no haber cumplido
su promesa… Prometieron que harían feliz a su mama para siempre… Y ahora, era
la persona más triste que habían visto en este mundo… Era alguien que tenía una
sonrisa olvidada…Sus nietas, trataban de hacerla sentir mejor… En especial María
Isabel-Sin mucho éxito- Cuando se sentaban en el jardín, su abuela solo hablaba
de su dolor y así María le hablaba en torno a otro tema, ella lo cambiaba en
torno a ella y a su dolor.
-Abuela, mira esa mariposa, es diferente a las
otras.-Era de color rojo con rayas negras, volaba por todo el jardín, María
Isabel estaba acostumbrada a ver mariposas negras, de esas asquerosas que no
soportaba… Ella pensó que con su comentario, haría que su abuela se centrara en
la mariposa y olvidara de su dolor-Sin éxito- La abuela le enfatizo:
-A mi me encantan las mariposas, cuando muera,
reencarnare en una y me posare en tu ventana, para cuidarte, todos los días- A
María Isabel se le aguaron los ojos, no quería ni siquiera imaginarse ese
momento;Llego un punto en el que ya no querían decir nada sobre ese tema, era
un enigma medico, su dolor… Y las tristeza que sentían, Ya ella no era su
abuela Mariana, era una impostora que estaba ocupando su lugar, Alguien que se
le había olvidado sonreír y tener alegría… Se había olvidado de que en los
momentos más oscuros había luz, así sea en el fondo del camino… Y que debía
seguir, luchar por llegar a ese camino, para volver a vivir…Ya todos se habían
acostumbrado a la abuela de la sonrisa olvidada, hasta que un día de verano,
Jose, siendo un niño de nueve años, se le acerco a su abuelita y le pregunto
-Abuelita ¿Qué tienes?- Pregunto, con la picardía que
siempre emanaba en sus ojos marrones
-Me siento mal-Dijo secamente la abuela, sentada en su
mecedora.
Y Jose, empezó a cantar ‘’Sana, sana culito de rana si
no sana hoy, sanara mañana’’
-¿Por qué haces eso?- Pregunto la abuela con
curiosidad, interesada en lo que estaba haciendo el niño
-Sanándote abuelita, si no lo hago hoy, lo hare
mañana-Dijo Entusiasmado con la idea
-Me temo que eso no se va a poder- Sentencio la
abuela con amargura y una lagrima
resbalo por su mejilla
- ¡Claro que se va a poder, abuelita! Confio en que
vas a volver a reir, porque la vida es muy bonita, se que soy un niño y no te
puedo ayudar mucho, pero ya vas a ver, confía en Dios y en la virgencita… Ellos
nos quieren mucho, igual que yo a ti abuelita, vas a ver que te vas a mejorar.-
A la abuela, al ver a su pequeño nieto hablando asi, no hizo mas que llorar,
pero ya no eran lagrimas de tristeza… ¡Eran de alivio! Sentia algo diferente,
una calidez que señalaba que ya su oscuridad había llegado a su fin.
-¡Antonio,Jose Eduardo, Carolina,Maria Isabel,Isabel!
Vengan ahora- Grito como nadie lo hubiese hecho,Todos acudieron al jardín
pensando que algo había ocurrido.
-¿Qué paso Señora Mariana?-Pregunto Isabel.
-Abuela ¿Qué sucede?- Dijeron al unisonó, Maria Isabel
y Carolina.
-Nada mis hijos, hoy he aprendido una valiosa lección,
no importa cómo me vea, la enfermedad que tenga o las cirugías a las que me
someta, estoy viva y Dios me ha regalado otro dia para que yo este con ustedes
y recuerde como sonreír, que es evidente que se me olvido hacerlo por un
tiempo, pero eso va a cambiar, desde ahora voy a cambiar, Recuerden que no hay
nada que yo ame mas que ustedes y debo darle las gracias a Dios por tener una
familia que solo busca que este bien, Voy a volver a vivir, no a sobrevivir- En
llanto, todos se acercaron a abrazarla, por ´primera vez, a la cálida mujer que
todos habían conocido… Ya no hubo mas noches de tristezas, ni preocupaciones
para los hermanos, no hubo mas médicos y frustraciones, Maria Isabel, en
especial volvia a sentir el cariño y la vida que había dentro de su abuela… Las
lagrimas se convirtieron en azúcar y las muecas se convirtieron en sonrisas que
alguna vez fueron olvidadas…
Tras un año, de la recuperación de la abuela, En la
casa González Fuentes vivían María Isabel
y Carolina González, María Isabel, llamada así por su madre, Isabel,
adoraba escuchar los cuentos de su abuela Mariana, Todos tenían una esencia
única y verídica, después de un año de recuperación de su abuelita, Mientras
María Isabel y Carolina peinaban a su abuela para ir a casa de su tío Eduardo,
Carolina le dijo:
-¡Abuela! ¿Por qué yo nunca puedo escuchar tu
historia?-Dijo con la rabieta de una niña, Aunque no lo era.
-Porque siempre esta distraída- le replico María
Isabel con burla, siempre le gustaba molestar a su hermana menor
-¡Basta las dos! ¿Por qué mientras esperamos les
cuento mi historia? Al final, tengo un desenlacé afortunado mis princesas… ¡Ya
Carolina déjame el pelo! Veamos… Por
donde comienzo…-La abuela cerro sus ojos por un momento y varias imágenes
pasaron por su mente… Y así Volvimos al comienzo…
Mientras la abuela empezó a contar su historia, una
banda de mariposas se fue volando hacia el cielo, Solo María Isabel las vio y con una sonrisa las despidió, porque
se llevaban el llanto y la tristeza y dejaban con ellas la mejor dicha del
mundo… Escuchar feliz a su abuela, la mujer que supero el tener una sonrisa
olvidada.