lunes, 28 de agosto de 2017

Tercera parte de la lección de Clara

Tercera parte de la lección de Clara
‘’Recordar es vivir, pero hay que hacer diferencia entre los breves viajes al pasado y quedarse para siempre allí, cuando sucede eso nos olvidamos de mirar hacia el futuro y es ahí, cuando pasamos a ser fantasmas’’

Clara se encontraba al pie de su cama mirando la foto que se había encontrado esa misma mañana, dentro de sí misma se sentía nerviosa porque pensaba que el guardián la llevaría otra vez a ese túnel oscuro; En su cabeza resonaban las palabras ‘’Nada pasa dos veces del mismo modo’’ Pero ella se preguntaba ¿y Si sucedían tres veces? 

Aun cuando ella no podía evitar pensar que sucedería con el guardián, un recuerdo pasó fugazmente por su memoria, un día en una isla que no recordaba con exactitud con su madre haciéndole trenzas en el cabello y su padre jugando en el agua con su pequeño hermano Miguel. 

¿Qué sucedería si ella volviera de una forma u otra a esa isla?

.-Hola, Clarita.- Saludo el guardián, tenía un aspecto más relajado quizás era porque  hoy se terminarían las lecciones a pesar de que ya Clara se había acostumbrado a su presencia.
.-Hola, señor.- Dijo Clara, aún teniendo el recuerdo en su cabeza.
.-Empezaremos de forma distinta hoy, háblame acerca de tu recuerdo más feliz.- Acto seguido, se sentó en la cama con gesto pensativo.
.-Justamente estaba recordando, cuando era niña fui a una isla cuyo nombre no recuerdo con exactitud; Era una época feliz porque mi hermano y yo éramos pequeños y para nosotros todo era un paraíso.- A Clara se le vino a la mente todos sus recuerdos felices, pero ese era el más resaltante, el mejor viaje a la playa.
.- ¿Quisieras volver?-. Había curiosidad en los ojos del guardián.
.-Sin dudarlo.- Clara siempre había querido volver a ese lugar, pero por jugarreta del destino no se pudo jamás, sin embargo, siempre volvemos a esos sitios que amamos, en la ciudad de los recuerdos y el viaje a los sueños.
El guardián cerró sus ojos y permaneció concentrado mientras tomaba la mano de Clara, a su vez ella veía como su habitación empezaba a desvanecerse, ya no lograba ver ni la ventana que daban al magnolio ni su escritorio con sus cuadernos.
.-Bienvenida a la playa de los fantasmas.- Introdujo el guardián.
El sol resplandeciente y el mar azul eran el cuadro perfecto que ella recordaba, parecía que se encontraba en uno de esos sueños donde ella regresaba a su lugar feliz, la arena se escondía en sus zapatos al caminar y distintas palmeras bailaban con el viento, las gaviotas paseaban por la playa como si fueran las reinas y la gente que estaba allí se reían y jugaban, se veían completa y sinceramente feliz.
Mientras caminaban, vieron a dos personas jugando en la playa de lejos, era un señor alto con aspecto relajado y un niño que no paraba de reírse por los juegos de su papa, más allá, estaba una señora mirándolos con dulzura mientras peinaba a su pequeña niña.
.- ¡Guardián! ¡Somos nosotros!-. Clara estaba emocionada por ver esa escena, fue corriendo para acercarse a su madre pero el guardián la detuvo.
.-No te puedes acercar, si lo haces, vas a tener que quedarte en este lugar para siempre, esta es una escena de tu pasado y además, todavía no ha terminado la lección.-  Explico con tono autoritario, al parecer este viaje no había hecho más que comenzar.
El guardián hizo una señal de que el tiempo en la playa estaba por terminar, pero antes de eso, se acerco a Clara de forma curiosa.
.-Ya vimos un buen recuerdo, ahora va a empezar la lección, veo mucho que aun no puedes superar distintas escenas que ya el pasado enterró, tú sigues buscando la forma de sacarlas a la luz constantemente ¿No es así?- Clara asintió, a pesar de que ella creía haber superado distintas situaciones, a veces quería sacarlas a la luz, no solo para que sus compañeras la recordaran, también para que supieran que lo que hicieron estuvo mal.
Parecía que habían vuelto 4 años atrás, se veía una versión más pequeña de Clara, caminando con una chica cuyo nombre era Lucero, tenía su misma estatura solo que con la piel más oscura, además de ser menuda y delgada, ambas parecían muy amigas.
Una chica alta, de cabello corto y aspecto aniñado se acerca a ellas y empieza a hablar, sé llamaba Diana; A Clara no le gustaba la idea de que ella se acercara mucho porque ella le daba mala espina, había algo malo en ella.
Con el paso de los días, Lucero y Diana se acercan más, convirtiéndose en buenas amigas y compañeras de estudio, A su vez, Clara veía con preocupación que Diana había llegado a su vida para robarle a su mejor amiga y por eso, decidió hacerle la vida imposible a ella, llenándola de insultos, malas caras y haciendo que Diana se sienta mal consigo misma, cómo si ella fuese el problema. Mientras tanto, Lucero quería mantener la amistad entre las tres, hasta que un día, escucho como Clara se burlaba de un proyecto de Diana, ella prefirió quedarse con Diana. Más tarde, llego una nueva compañera y se unió a ellas, más que todo con Clara y a su vez, Diana y Lucero pudieron conversar la situación con Clara de tal forma que no hubiera malos entendidos; aun así, la herida seguía abierta y para sanar, se necesitarían años.
Clara observaba con detenimiento la escena ¿Por qué colocaban a ella como la chica buena? Eso era injusto.
.-Clara, sigue observando.- Susurro el guardián.
Se veían distintas escenas de distintos años, Diana y Lucero se habían convertido en mejores amigas y a su vez, Lucia y Clara también se han unido con el tiempo y al mismo tiempo, las cuatro se trataban con gran armonía, sin embargo, a veces Clara le sacaba en distintas ocasiones lo sucedido años atrás a Lucero y a Diana, aun cuando ya esa situación estaba en el pasado.
.-Diana marco parte de mi existencia ¿Cómo voy a olvidar esa herida que me dejo?- Clara estaba molesta, siempre la colocaron a ella como la parte toxica de la relación.
.-Las heridas de los años cicatrizan si tu lo permites ¿No te has preguntado como ella se sentía cuando tú la tratabas de esa forma? ¿No te has preguntado si ella no tiene heridas como tú las tienes? Quizás sí, pero ya sus heridas están sanas y es momento que tu permitas dar paso a sanar las tuyas.- A Clara se le hizo un nudo en la garganta, quizás ambas cometieron errores y por eso estaba el guardián aquí.
Por un momento, Clara le dedico una mirada al guardián y este le dedico una sonrisa.
.-No voy a olvidar jamás esa escena.- Sentencio Clara.
.-Esta bien que no la olvides, pero recordarla constantemente te volverá un fantasma. Todos tenemos derecho a recordar y sonreír  o en su caso, recordar y llorar pero cuando vivimos en aquel pasado que nos hizo sentir mal  o demasiado bien, nos volvemos fantasmas sin futuro, porque es allí hacia dónde vamos, a nuestro futuro.- Enuncio el guardián.
Ya era el fin de las lecciones, pero más bien Clara sentía que la tercera había sido la más fuerte, por años ella se había sentido atrapada en ese lugar tan raro, el pasado la perseguía de forma inminente y no había manera de escapar del, lo que ella no sabía es que el pasado no la perseguía a ella, ella se perseguía a sí misma con ayuda del ayer.
.- ¿Puedo despedirme de usted, guardián?- El guardián asintió y Clara se acerco a el para abrazarlo y a su vez, le pregunto el porqué se le apareció justamente a ella.
.-Siempre he estado contigo y siempre estaré, veía que no podías avanzar y por eso debía ayudarte, por esa razón idee esas tres lecciones, las tres lecciones de Clara.- El guardián se veía orgulloso, como un padre que ve a su hijo en su acto de graduación.
.-Yo más bien le diría ‘’la lección de Clara’’ porque creo que todas las lecciones se concentraron en la última ¿Lo volveré a ver?- Clara no sabía si el vacio en su pecho era de alivio por haber perdido un peso o por la tristeza de que quizás no volverá a ver a su mentor, el estrafalario guardián del magnolio. 
.-Mientras me recuerdes y mires por el magnolio cada vez que puedas, me veras rondando por ahí, Además, siempre estaré contigo estés donde estés.- Dicho esto, todo se volvió negro.
A pesar de que Clara nunca volvió a ver a ese pintoresco guardián que un día le dedico tres lecciones, todas las noches ella miraba al árbol con la certeza de que en algún momento podrían encontrarse… Lo que ella no sabía es que cada noche se asomaba por la ventana ese mentor para observarla con mucho orgullo, ella había logrado sanar sus cicatrices haciendo que por fin pueda mirar hacia el futuro. 
Feliz día y por favor, no olviden la lección.  

La sombra de la habitación

 La sombra de la habitación 

‘’Borra su nombre, entonces; Un alma perdida mas, una tarea más negada, un camino más sin pisar, un triunfo más del diablo y una pena más para los ángeles, una injusticia mas al hombre, y ¡Un insulto mas a Dios!’’ Robert Browning, el líder perdido

La última vez que me encontré frente a sus ojos azules fue hace nueve meses, ya parecía que todos la habían olvidado pero yo aun seguía aquí esperando tu regreso como si de alguna manera, creo que sigues con nosotros, de alguna forma, permaneces junto a mí y lo estarás para siempre como un guardián.

No ha habido una noche en la que me detenga a pensar en la razón por la cual decidiste irte de mi vida para siempre, sabiendo que yo no estaba preparado para perderte y que aun te necesito como a nadie en el mundo.

Todavía recuerdo tus enseñanzas, tus anécdotas y la fuerza que transmitían esos ojos azules que tanto me encantaban mirar, era como verse reflejado en el océano. Siendo sincero, cada noche imagino que estas a mi lado como antes, aconsejándome que sea valiente y salga adelante, como tu alguna vez lo hiciste.

Veo que la casa se volvió tu reflejo, siento que te veo desde la entrada hasta el final, te imagino sentado leyendo el periódico o preparando te en la cocina como siempre lo hacías, ya no sé si tu esencia sigue viva o soy yo el que esta enloqueciendo.

Lo más curioso es esa rara sombra que todas las noches desde tu partida se posa en la esquina de mi habitación, parece de tu altura y a su vez, siento que se mueve y una noche, tal vez en abril, vi como si esta sombra cambio de lugar para estar al  lado de mi cama, haciéndome compañía.

Anoche volví a verla pero con más intensidad, pero si crees que tengo miedo te equivocas, se que eres tú que te has vuelto un ángel custodio… Hace un mes soñé que me estabas hablando, me dedicaste esa sonrisa tan dulce y me decías que ya no llorara, porque tu habías prometido estar siempre conmigo y así seria para toda la eternidad.

Donde sea que estés o si estás conmigo ahora, quiero decirte que no sabes cuánto lamento no haberte acompañado ese 10 de febrero; Se que no puedo cambiar las cosas, pero no sabes cuánto habría dado por verte una vez más.

Miro por la ventana en esta cálida noche de septiembre y la verdad es que no me siento solo porque sé que no lo estoy, quizás esta noche si pueda dormir tranquilo.

Sé que estas cumpliendo tu promesa, yo cumpliré la mía
Lo juro.