domingo, 28 de mayo de 2017

La lección de Clara.



´´No existe ni el bien ni el mal, solo el humano’’
Desde pequeña, a Clara le daba miedo el reflejo de su espejo durante la noche, sentía que los arboles que se reflejaban en su ventana eran monstruos que venían por ella razón por la cual termino por quitar ese espejo, sin embargo, a veces ella soñaba que los monstruos tomaban forma de humano y que a su vez, no eran tan malos y que representaban a lo que sentíamos los mortales a lo largo de nuestra vida.
Clara era una joven menuda y pequeña, de cabello corto negro que le llegaba hasta los hombros, tenía pecas en las mejillas y un aspecto muy aniñado para tener 16 años, con unos ojos bastante grandes que mostraban absolutamente todas sus emociones, para ella, los ojos eran los peores mentirosos y por eso siempre se delataba a sí misma; Soñaba con convertirse en escritora y con hacer algo grande para que no la olvidaran, lo que ella no sabía es que un acontecimiento extraño llegaría a su vida y la haría reflexionar acerca de todo lo que había dicho o pensado en algún momento.
Una noche fría de octubre, mientras la luna se escondía entre las nubes , Clara miraba por la ventana de su cuarto bastante confundida y triste, No sabía el porqué, intento tomar un lápiz y escribir lo que sentía pero no encontró palabras para describir semejante sentimiento, Solo pensaba en mirar el peculiar magnolio que su mama había plantado cuando ella era niña, era grande, lleno de flores y bastante vivo, solo que esta noche tenía un aspecto distinto, ponzoñoso, lúgubre, similar a la mirada de aquel que desea el mal para otros y se frustra cuando estos logran conseguir lo que anhelan.
Esa misma noche, a las 3:50 de la mañana, un extraño estruendo despertó a Clara y la llevo a asomarse por la ventana, al parecer ella era la única que lo había escuchado y sentía miedo de que algo hubiese ocurrido, un viento sagaz paso por su cuello y Clara sintió la necesidad de voltearse, ella sentía la presencia de algo más en su cuarto y no sabía qué.
Solo vio el reflejo de la ventana para saber que era, un hombre con ojos azules y piel nívea la miraba fijamente y con gesto dubitativo.
.-Buenas noches, Clara.- Saludo con total elegancia, Clara se asusto al escuchar esa voz tan suave y melodiosa del tipo que tu escuchas de alguien muy inteligente y centrado, estaba vestido elegante, la camisa y el saco estaban perfectamente limpios, sin una sola arruga, bien parecería una estrella de cine del siglo pasado o parte de la realeza de uno de esos cuentos que a Clara de niña le gustaba leer.
Clara solo de dedico una mirada de asombro o más bien pánico, el sonrió y mostro sus perfectos dientes, parecía que estaba seleccionando las palabras que iba a utilizar en cuestión de segundos, al empezar a hablar, lo hizo lento de tal forma que Clara no saliera corriendo –O más bien- que no se lanzara por la ventana.
.-He venido a enseñarte, No soy un monstruo, Soy el guardián del árbol, tú misma me llamaste, vendré por tres noches a darte tres lecciones, utilizando a tres personas que tú misma conoces..- Dijo con total serenidad, como si se tratara de un tema común, similar a cuando uno habla con su maestro acerca de entregar la tarea del viernes.

Clara no sabía que decir, pero por un momento le creyó, Cuando alguien cree en las personas se siente una paz increíble al verlas a los ojos, eso fue lo que pensó ella al reflejarse en esos serenos ojos azules, viejos como el tiempo.
.-Hoy te daremos la primera lección, muchas veces buscamos a las bestias en los armarios cuando están en nuestra alma, emprendemos la búsqueda de los monstruos que están bajo la cama cuando ellos están en uno mismo, espero que entiendas esta primera lección con sensatez, te llevare con una persona conocida.- Introdujo como si fuera un profesor a punto de entregar una prueba, Clara se hundió en sus pensamientos y se dejo ir entre el tiempo, en un abrir y cerrar de ojos, estaba frente a alguien, alguien conocido como dijo el guardián.
Era una chica alta, de cabello castaño largo hasta la cintura y de ojos grises, parecía despedazada como si ya estuviera desertando una lucha que a la que ella jamás quiso interceder, como si ya de algún modo u otro, estuviera vulnerable y sola.
.- ¿Qué hacemos en la habitación de ella?- Clara no captaba nada, Diana era su amiga de la secundaria, habían estudiado juntas desde el primer año, para Clara, Diana había arruinado su vida por algo que ella hizo hace algún tiempo, de por sí, Ella jamás le tuvo un cariño sincero, consideraba que Diana era una chica fácil y que solo tenía pose de niña preocupada y por esa razón se lo recordaba todo el tiempo, haciéndola quedar mal frente a sus amigos, cosa que a Diana le dolía, aunque ella quería hacer ver que nada de ello le afectaba.
.- Quise que vieras al primer monstruo.- Clara seguía sin entender.
.-Ella se llama Diana ¿No? Estudia contigo desde siempre, le gusta mucho la química y algún día desea hacer algo para ayudar a los demás, duerme mucho y a veces le cuesta prestar atención en algunas materias, como matemáticas, Admira a Oscar Wilde y tiene cierta predilección por el cine, su mejor amiga se llama Lucero ¿Me equivoco?.- hablo de ella como si fuera la descripción de la niña perfecta, eso a Clara le molestaba, porque ella era la causante de todos sus problemas.
-No se equivoca, solo que ella es más de lo que todos dicen.- ¡Por supuesto que era más de lo que todos pensaban! Para Clara, Ella no era más que una estúpida mojigata que siempre ha sentido celos de ella y por eso, todos los chicos que se fijaban en Clara, Diana hacía que la miraran a ella, para molestarla, para ella, le robo todo, beso al chico que le gustaba y por esa razón ella la trataba como la trataba, ella no merecía ser como era, tener la atención que tenia, ella se merecía todo lo que ella  le había dicho y hecho.
.- Mírala, ella siempre te dijo la verdad, las más sinceras lagrimas se dan cuando uno está solo, meditando consigo mismo.- Diana se había hecho ovillo en su habitación, parecía que algo en ella se había roto ¿Puede alguien sentirse tan mal por lo que otro le dice? ¿Acaso las palabras pueden ser tan hirientes como las apuñaladas?
Clara se le hizo un nudo en el estomago, ver a Diana triste era raro, considerando que ella siempre estaba contenta, a pesar de las veces en las que ella le decía cosas horribles con el único fin de hacerla ver lo que para Clara ella era, una chica fácil sin ningún futuro… El guardián solo sonrió y toco el castaño cabello de Diana, ella solo se quedo dormida… Cuando vio que ya Diana estaba durmiendo, la miro y empezó a hablar.
.- A veces juzgamos a las personas por lo que creemos que son, siempre la viste a ella mal por razones indiscutiblemente ridículas, Diana no era más que una víctima del monstruo de la envidia y celos y cuando ocurrió lo que tú dices que fue aquello que te arruino la vida, tu utilizaste esa razón para hacerle la vida imposible a ella, a veces las palabras hieren mucho más que los golpes y más cuando viene de alguien que uno considera un amigo.-Clara no entendía esta lección aun, parecía que el la estuviera defendiendo como si la muchacha que yacía dormida fuese un ángel.
.-Lo entenderás, mi querida Clara, al final de esta reflexión, vas a comprender la lección.- murmuro con una sonrisa en el rostro, ese guardián cada vez la asustaba mas.
Clara despertó con total inquietud, a pesar de que ella pensó que lo que había sucedido durante la madrugada era un sueño hasta que vio una nota que se encontraba al pie de su cama decía que se verían de nuevo a la misma hora, Clara tomo la nota y la rompió, a pesar de que le daba cierto miedo, se sentía bastante mal por Diana, verla sola anoche la hizo entender que el monstruo era ella.
Fin de la primera parte.

Heroína de ojos negros



Y la vi, sentada en su mecedora mirando a la nada, con los ojos negros vidriosos y ahí comprendí que mi guerrera todavía no se había rendido.
Después de tanto tiempo entro a tu antigua habitación y observo con los ojos vidriosos todos los recuerdos que allí viven, cuantas veces estuve triste y acudí a ese lugar buscando refugio, Cuantas veces corrí hacia ese lugar para saludarte y como me encantaba que me dieras un abrazo, solo un abrazo tuyo me hacía ver el mundo de otra manera o quizás, era tu dulce aroma, tan distinto a los demás y que cada vez que lo sentía cerca, podía ver tus cálidos ojos negros mirándome con armonía, haciendo que me tranquilizara.
Recuerdo como querías que yo creyera en mi mismo, que fuese un chico valiente y como ahora cada paso que doy se lo agradezco a ti, siempre será la persona por la cual tendré mayor admiración, la heroína de mis historias y la que me inspiro a ser lo que soy hoy. Siempre recordare como cada vez que tenía que separarme de ti era una odisea para mi, era como si el mundo se me cayera encima, a pesar de que tenía la certeza de que iba a volver, la despedida se volvía una tortura, a pesar de que aun cuando me entristecía, ver tus ojos negros orgullosos de mi me tranquilizaba y hacia que emprendiera cada viaje con total hidalguía, como tú siempre me enseñaste.
Aun veo como esa dulce sonrisa desapareció de tu rostro y como toda esa casa que estaba llena de luz se volvió un lugar lleno de oscuridad y tristeza, veo como mi frustración se hacía más grande cada vez que te miraba ahí, postrada, inerte, como si ya era tu hora de que me dejaras solo aun cuando tú sabías perfectamente lo  mucho que te necesitaba, lo mucho que te necesito.
De solo imaginarme la idea que te ibas a ir de mi lado no solamente me daba miedo, me sentía solo, siempre he contado contigo y la idea de que te vayas hace que me sienta como si he perdido una parte de mi mismo, como si ya me hubiera perdido yo mismo.
Cada cuento, cada anécdota y cada historia las llevare siempre en mi alma atada, como si recordarlas me llevara de nuevo de tu mano como ese niño de 9 años que fui, que corría para abrazarte y pedirte que me hablaras de tus historias, hermosa guerrera.
A pesar de todo, me gusta creer que aun eres una guerrera, para mí, eres la más valiente de toda la tropa y están librando una batalla contra ti misma, de la cual estoy seguro que saldrás victoriosa, como siempre lo has hecho.
Regresando a mi casa, entre a su cuarto y te vi, sentada en su mecedora mirando a la nada, con tus ojos negros vidriosos. Cuando notaste mi presencia me dedicaste una sonrisa débil y te levantaste para abrazarme, ahí comprendí, que mi guerrera de ojos negros aun no se había rendido.
Y en vez de llorar, solo sonreí.

martes, 16 de mayo de 2017

La lechuza invisible




En algún bosque de un sitio que olvide, en el tiempo que no recuerdo y en el momento que en realidad no sé si sucedió.
Solamente el lobo quería captar su atención, la forma en la que sus alas se abrían y volaban era increíblemente majestuosa, parecía que sus alas fueran las estrellas que adornaban el cielo nocturno y sus ojos, sus enormes ojos amarillos los luceros que la acompañaban.
Era una hermosa Lechuza de plumas color cobre, justamente como la miel de las abejas, que solo alcanzaba a verla cuando el crepúsculo daba su espectáculo y daba paso al tiempo en el que la noche reinaba, bien su nombre le queda perfecto, ellos son los guardianes de la noche y muestran su verdadera forma cuando llega el momento de oscurecer.
Una  noche, después del crepúsculo como todos los días, el lobo se quedo esperando a que la lechuza emprendiera su vuelo nocturno. Era una noche extraña, triste y bastante fantasmal, las nubes recubrían el cielo dejando ver muy pocas estrellas y luceros, parecía que se acercaba una tormenta, sin embargo, el lobo se quedo ahí, esperando, sin importar que pasara nada, tenía que ver a su amada lechuza comenzar su danza en el aire.
El lobo inicio su camino, no sin antes mirar al cielo por última vez con la esperanza de ver si estaba la lechuza allí, estaba bastante afligido por no ver a esa pequeña lechuza hacer eso tan hermoso, ver como disfruta estar en el aire y ver como ella siente que el cielo es suyo cuando lo hace.
Mientras se adentraba en el bosque, vio una figura similar a la lechuza  que tanto había esperando para su suerte, si era, ella lucia triste con sus alas bajas, como si estuviera derrotada, Como si ya ella hubiera desertado una guerra en la que jamás quiso involucrarse.
.- ¿Por qué no viajaste por el cielo nocturno esta noche?- Pregunto el lobo, quería ayudar a la lechuza.
.- Dime ¿Tú no te cansarías de ser invisible algún día? ¿Tú no te cansas de que nadie vea como te sientes? ¿Tú no te cansas de que lo único que haga todo el mundo es decirte lo insignificante que eres?- Susurro con la voz quebrada, parecía que estaba frustrada.
.-Para mí, no eres invisible, yo quisiera abrir mis alas como lo haces tú y no importa lo que te digan los otros, tu solo abre tus alas y vuela con las estrellas que para eso naciste.- El lobo hablo con bastante ferocidad, como si de un modo u otro sus palabras la ayudarían.
La lechuza abrió sus alas de par en par e hizo lo que el lobo amaba ver, Cuando se fijo en que el la observaba, lo miro y lo único que dijo fue ´´A veces no hace falta que todos te miren, Solo aquel que lo hace con amor sincero´´.


A veces nos sentimos vulnerables y llenos de angustia, parece que todo lo que hacemos no tiene recompensa y lo cierto es que si la tiene, solo que somos tan estúpidos que no miramos mas allá de nuestras narices, quizás nos sintamos invisibles pero lo cierto es que no lo somos, siempre va a existir un lobo en nuestras historias, alguien que sea capaz de apreciarnos mientras nosotros tengamos la certeza de que nos queremos a nosotros mismos, haciendo lo que amamos, debemos recordar que nada malo dura para siempre y que de lo contrario, la recompensa será más gloriosa. Las lechuzas invisibles están por todas partes, esperándonos, una sola palabra puede ser capaz de cambiar el rumbo del día de alguien, así como ser capaz de destruirle el día por completo.

lunes, 8 de mayo de 2017

Mi amiga de la pared.



Llevo noches enteras buscando tu rostro, aunque tu voz, a pesar de que me escondo, siempre de cualquier modo me encuentra.
Quería olvidar ese mal capitulo de mi vida, he intentado sobrellevarme pero a veces sigo escuchando esas risas maquiavélicas que muchas veces fueron la causa que de mis dolores, vivo pensando que algún día van a regresar por mi y que me van a llevar a ese horrendo lugar, a ese infierno que esta en este mundo material.
A veces despierto con pánico, siento como esas voces se apoderan de mí y como vuelvo a ser ese niño de 11 años que no quería que le hicieran daño, que lo único que pensaba era en volver con su madre o que por lo menos, lo mataran en el intento de escapar de ese sitio.
Me paralizo del miedo al pensar que quedaron libres y que de cualquier manera van a regresar por mí, que conocen mi vida y a las personas a quien amo. Esos fantasmas de mi pasado cobran vida durante la noche y me recuerdan que aunque yo haya podido irme, algún día estaré en su terreno y posteriormente ese será mi fin, ellos me llevaran para terminar el trabajo.
Solo hay una cosa que no me queda claro, Un sonido, la recuerdo como si la sintiera en este mismo momento, era una voz melodiosa, dulce, de mujer… Las noches que me encontraba en estado de completa desesperación, escuchaba esa hermosa voz que me decía que me calmara, que algún día iba a terminar ese martirio y que volvería a ver todo aquello que alguna vez se me privo.
Era una voz que provenía de la pared, muchísimas veces reclame su nombre pero nunca me lo confeso,  Ella solo decía que era mi amiga de la pared, que estaría allí para ayudarme a sobrellevar el dolor de los malos tratos, la desesperación porque nadie venia por mi y la espera, la miserable espera de que algo ocurriera y yo pudiera salir de ese infierno.
Quiero pensar que ella tuvo que ver en mi escape, que ese 27 de septiembre de 2007 ella me estaba mirando mientras escapaba por una de las ventanas y que, por consiguiente le hicieron daño, Solo quiero pensar que ella es  real y que ese consuelo, ese pequeño lucero maternal que tuve en ese mundo de depravaciones y torturas, sigue viva, en alguna parte de este mundo O quizás siga viva en mi memoria y en mis sueños, como un pequeño túnel de luz en el momento en que esas sombras de mi pasado vuelven hacia mí.
Cada día, busco en cada mujer que veo esa voz y a veces, vivo con miedo al creer que ella está muerta o más bien que nunca existió, quiero pensar que a veces ella aun habla conmigo, Llevó noches enteras buscando tu rostro, aunque tu voz, a pesar de que me escondo, siempre de cualquier modo me encuentra, días enteros de frustración al no encontrarla y horas de frustración al pensar que no sabré si ella fue o no real.