domingo, 3 de junio de 2018

¿Dónde está mi hogar?


Siempre he sido fan de buscar mi propio destino, correr hacia lugares nuevos y conocer personas nuevas sin embargo también me gusta mi hogar, ese lugar que es nuestro único refugio y es a mi parecer el único sitio del mundo nos sentimos protegidos, para algunos es una casa,  otros hacen su hogar en  una persona y para otros (Me incluyo) es un abrazo de mama, un diario o tal vez mis peluches con los que duermo cada noche.

No niego que cada vez que llego a casa me siento viva otra vez, como si volviera al lugar donde pertenezco y que no hay forma que nadie en el mundo pueda cambiar eso pero temo que algún día todo vaya a cambiar, mi casa no esté  allí o simplemente quizás yo no regrese a mi hogar, tal vez por eso quiero hacer mi propio espacio en mis cosas, en mis cartas, en mis peluches, en mi madre y en mis recuerdos.

He oído historias de gente que se va y no regresa a sus hogares ¡Hoy en día es muy común escucharlas! Actualmente nos hemos convertido en personas huérfanas que buscamos vivir en otro lugar, vivir con libertad y sin cadenas ¿Qué se sentirá esa libertad? Parecemos fantasmas, almas en pena que al momento de irnos nos quitan las cadenas y podemos regresar al cielo ¿Realmente eso es vivir? Sueño con la idea de que mi hogar sea el sitio de dónde vengo, volver a mi lugar de origen y que mis hijos conozcan el lugar donde crecí ¿Es mucho pedir?

La verdad, siento que no voy a regresar a mi hogar y eso me entristece, también miro con admiración a aquellos que han podido dejarlo con fuerza y levantar otro en el sitio donde están porque una cosa es estar en tu hogar donde tú puedes vivir, tener libertad de poder ejercer tus derechos como ser humano y otra muy distinta es ver como tú mismo te marchitas en un hogar lleno de sueños rotos y promesas falsas, un lugar donde sobra la miseria y las ganas de superarse son solo un mito.

Me entristezco porque no quiero ser una peregrina, amo mi hogar y estaría dispuesta a vivir lo que fuese necesario por mi casa, mi gente y todo mi ambiente pero no quisiera que un día mis hijos vieran las cosas que yo he visto o yo sufrir como lo hacen los padres actualmente ¡La sola idea de que le arranquen la vida a un hijo mío por dirigirse a su lugar de estudios me parece deprimente!  Tengo una mínima esperanza de un cambio y eso es lo que me da fuerzas para seguir luchando con vigor día tras día.

A su vez creo que este no es mi hogar ¿Dónde está la gente alegre? ¿La valentía que caracterizaba mi pueblo? ¿Dónde está la honestidad? ¿A dónde se fueron? Siento que aquellos que dejaron sus hogares se llevaron todos esos valores y características en sus maletas y ahora solo nos han dejado ese dulce recuerdo de la sociedad que fuimos hace ya tantos años, somos una sociedad marchita, lúgubre donde la única esperanza de vida que tenemos es irnos más allá de nuestras fronteras.

Quiero pensar que mi hogar volverá a ser como aquel recuerdo que vive en las personas actualmente, regresaran aquellos que un día se fueron buscando libertad y construiremos un nuevo comienzo lleno de paz, alegría y esperanza, donde no será necesario para mi preguntar dónde está mi hogar con tanto desespero, con tanta ansia de libertad ¡Algún día mis ojos verán un comienzo! ¡No me dejare quebrantar mi espíritu! ¡Vamos a vencer!

Para aquellos que buscando un hogar, pronto van a regresar, tengan esperanza.


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