Siempre
he sido fan de buscar mi propio destino, correr hacia lugares nuevos y conocer
personas nuevas sin embargo también me gusta mi hogar, ese lugar que es nuestro
único refugio y es a mi parecer el único sitio del mundo nos sentimos
protegidos, para algunos es una casa, otros hacen su hogar en una persona y para otros (Me incluyo) es un
abrazo de mama, un diario o tal vez mis peluches con los que duermo cada noche.
No
niego que cada vez que llego a casa me siento viva otra vez, como si volviera al
lugar donde pertenezco y que no hay forma que nadie en el mundo pueda cambiar
eso pero temo que algún día todo vaya a cambiar, mi casa no esté allí o simplemente quizás yo no regrese a mi
hogar, tal vez por eso quiero hacer mi propio espacio en mis cosas, en mis
cartas, en mis peluches, en mi madre y en mis recuerdos.
He
oído historias de gente que se va y no regresa a sus hogares ¡Hoy en día es muy
común escucharlas! Actualmente nos hemos convertido en personas huérfanas que buscamos vivir en otro lugar, vivir con libertad y sin cadenas ¿Qué se
sentirá esa libertad? Parecemos fantasmas, almas en pena que al momento de
irnos nos quitan las cadenas y podemos regresar al cielo ¿Realmente eso es
vivir? Sueño con la idea de que mi hogar sea el sitio de dónde vengo, volver a
mi lugar de origen y que mis hijos conozcan el lugar donde crecí ¿Es mucho
pedir?
La verdad, siento que no voy a regresar a mi hogar y eso me entristece, también
miro con admiración a aquellos que han podido dejarlo con fuerza y levantar
otro en el sitio donde están porque una cosa es estar en tu hogar donde tú
puedes vivir, tener libertad de poder ejercer tus derechos como ser humano y
otra muy distinta es ver como tú mismo te marchitas en un hogar lleno de sueños
rotos y promesas falsas, un lugar donde sobra la miseria y las ganas de
superarse son solo un mito.
Me
entristezco porque no quiero ser una peregrina, amo mi hogar y estaría
dispuesta a vivir lo que fuese necesario por mi casa, mi gente y todo mi
ambiente pero no quisiera que un día mis hijos vieran las cosas que yo he visto
o yo sufrir como lo hacen los padres actualmente ¡La sola idea de que le
arranquen la vida a un hijo mío por dirigirse a su lugar de estudios me parece deprimente! Tengo una mínima esperanza
de un cambio y eso es lo que me da fuerzas para seguir luchando con vigor día
tras día.
A
su vez creo que este no es mi hogar ¿Dónde está la gente alegre? ¿La valentía
que caracterizaba mi pueblo? ¿Dónde está la honestidad? ¿A dónde se fueron?
Siento que aquellos que dejaron sus hogares se llevaron todos esos valores y
características en sus maletas y ahora solo nos han dejado ese dulce recuerdo
de la sociedad que fuimos hace ya tantos años, somos una sociedad marchita, lúgubre
donde la única esperanza de vida que tenemos es irnos más allá de nuestras
fronteras.
Quiero
pensar que mi hogar volverá a ser como aquel recuerdo que vive en las personas
actualmente, regresaran aquellos que un día se fueron buscando libertad y construiremos
un nuevo comienzo lleno de paz, alegría y esperanza, donde no será necesario
para mi preguntar dónde está mi hogar con tanto desespero, con tanta ansia de
libertad ¡Algún día mis ojos verán un comienzo! ¡No me dejare quebrantar mi espíritu!
¡Vamos a vencer!
Para
aquellos que buscando un hogar, pronto van a regresar, tengan esperanza.
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