El niño
que quería olvidar:
Me
encontraba en una habitación a oscuras, donde mi mente se llenaba de recuerdos
y reflejos de felicidad, veía puertas, puertas que se abrían de par en par
mostrando mi pasado y mi presente… Veía a mis padres, dueños de sí mismos,
ayudando a un niño pequeño que supongo que era yo, veía las navidades pasadas,
llenas de alegría y personas bailando y cantando, veía a mi amado gato, Nicolás, maullando y
caminando hacia mí con esos ojos de color amarillo, que al mirarlo lo puedes comparar
con el mismísimo sol, veía a mi abuela vestida con su camisón favorito, de
color blanco, veía a mis amigos, las grandes fiestas a las que asistí cuando
era un adolescente ¡Hasta veo a la chica de mis sueños, en ese entonces! Esa
joven pálida de ojos castaños que irradiaban tranquilidad, siempre quise
hablarle pero nunca pude. En realidad, no sé el por qué, pero en la oscuridad en la que me
encontraba, sentía que olvidaba algo y si seguía en ello, me podía pasar algo
grave.
-‘’Te
olvidaste de mi’’- susurro una pequeña voz que se escucho al fondo del
cuarto donde estaba.
De
repente, se abrieron puertas diferentes, de un color oscuro, ya no veía los
momentos alegres de mi vida, solo eran sombras, pesadillas que quería olvidar
donde estaba un niño de aspecto extraño, pálido y con unos ojos grises sin luz,
sin vida; lo recordaba, era el niño que quería olvidar, el sueño que siempre se
repetía una y otra vez, donde siempre terminaba del mismo modo, el niño se
acercaba hasta que hundía sus garras en mi cuello y allí terminaba todo.
-‘’Llego
el momento de hacerte recordar al niño que querías olvidar’’- La
voz infantil hablo, pero esta vez estaba justamente detrás de mí.
Sentía
como se acercaban las garras del niño hasta que de un vuelco pude despertar.
–Es un sueño- Fue lo que pensé, hasta que mientras me levantaba para buscar mis
lentes e ir por un vaso de agua, pude ver una figura alejarse, de aspecto
infantil e inocente, pensé que quizás fuese algo producto de mi imaginación,
pero solo basta ver ese cabello negro como la tinta para saber que ese es el
niño que me ha estado acechando toda mi vida, el que no quiere ser olvidado y
que me hizo saber, que no todas las pesadillas son solo eso, pesadillas…
Algunas son recuerdos que queremos olvidar, pero que muchas veces regresan para
atormentar nuestra memoria y hacernos saber que existen y que pueden volver en
cualquier momento, quizás, cuando menos te lo esperes.
Feliz
noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario