lunes, 27 de marzo de 2017

La verdad acerca de la luz de la luciérnaga




La verdad acerca de la luz de la luciérnaga:
Muchas veces somos presas de la soledad, estamos en constante búsqueda de personas que llenen ese vacío, cuando muy dentro de nosotros sabemos que estamos solos en el mundo y que como vinimos a esta cruel realidad, nos vamos a ir.
A veces tenemos la dicha de encontrar pequeñas luciérnagas en el camino, pero somos tan estúpidos que la ignoramos; Nos deslumbramos por lo falso que brilla, esa estrella fugaz que nos hace sentir acompañados, pero cuando menos lo esperamos, se va cuando encuentra un mejor lugar donde resplandecer.
Y ¿Sabes que es lo peor? Que ese pequeño brillo de esa luciérnaga aparece, cuando se necesita ayuda, cuando nos sentimos a oscuras, solos e indefensos, pero con ella, vemos un camino de luz diferente que nos lleva a un mundo donde ya la oscuridad se va cuando esa mínima luciérnaga aparece, haciendo prueba de que lo menos es mas… Somos tan desagradecidos que preguntamos el porqué se desapareció en ese tiempo, aun así sabiendo que estuvimos todo el tiempo deslumbrados por esa estrella fugaz, aquella que como llego, se fue.
Muchas veces tenemos esa dualidad, intentamos ser esa luciérnaga para esa persona especial, asi ella se deslumbre con algo pasajero, mientras ella se engaña a si misma nosotros esperamos, esperamos a que ella vuelva a ser la que una vez fue, a que entienda que muchas veces es mejor estar con una pequeña luciérnaga que te brinde una luz real al final del camino, a encontrarse bajo mil estrellas falsas, que brillen mientras el cielo este despejado, pero durante la tormenta, todas se escondan entre las nubes, Otras veces nos dejamos fascinar por aquellos que muestran un brillo extraño, demasiado enceguecedor para ser real.
La verdad acerca de la luz de las luciérnagas es que ella brilla para ese ser especial, para que encuentre por fin su camino y no la olvide, que sea ella ese faro de luz para que se olvide de la oscuridad, que ella sea la calma después de la tormenta y que sea ella quien guie hacia ese pobre aprendiz hacia un camino real, sin mentiras ni estrellas falsas, donde lo pequeño es grande y lo grande es real ¡No te dejes engañar!

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