El hombre de los mil nombres
       
Para tu.
Hace tres años te llame por tu apellido, pero hoy prefiero llamarte mi amor
Ojos café que le quitan el sueño a cualquiera, piel morena como la canela y una sonrisa que hace que te sientas segura, su personalidad permite que nada malo  va a pasar, la tranquilidad que transmite su mirada puede hacer que sientas que todo en esta vida tiene solución y que todo era tan simple, más simple de lo que en realidad es.
Todos los días soñaba verlo, cuando llegaban los martes al levantarme mi corazón daba un pequeño vuelco y cuando me sentía más hundida en la tristeza y el miedo me encontraba con esos ojos y esos rasgos de ángel, que hacían que mi día cambiara por completo en esa clase calurosa de marzo, buscaba siempre la manera de encontrarme con tus ojos así tuviera que pasar por cualquiera que estuviera contigo en ese momento, no soy egoísta, solo quería tener el privilegio de verte, de admirarte y darte un abrazo, por más pequeño que fuese, sentirme parte de tu mundo.
Lo curioso era que justo cuando me resignaba a no verte, sentía como se posaban esos ojos castaños en mí, intentaba llamarte por tu apodo de la escuela pero observaba extrañada como todos te llamaban por uno nuevo, un apodo que tu disfrutabas tanto pero yo no me acostumbraba a él, así como tampoco me acostumbraba al lugar nuevo, ni a las personas nuevas ni a esta bonita aventura.
Lo que más miedo me daba era perderte, ya para mi siempre fuiste mi hogar, mi mayor pesadilla era que solo para ti yo fuera un recuerdo de la adolescencia y que como ahora eras una persona diferente, dejando todos los fantasmas del pasado atrás y tal vez yo era uno de ellos, porque estuve en tu pasado como estaba en tu presente, y si me das el permiso de confesarme, cada noche imaginaba ser parte de tu futuro.
Lo curioso y que me daba ánimo, es que siempre te acercaste y no dejare de agradecerte, luego cada beso de saludo, cada nota de voz cantando, cada pequeña escena de celos y cada confesión de algún secreto que de niños quisimos ocultar se convirtió en nuestro día a día, y siéndote sincera te volviste más que alguien con quien hablar, simplemente eras mi mundo, sin embargo, vida mia, no me acostumbraba a dejarte atrás.
No quería dejar atrás tu viejo nombre, de ese niño dulce que se juntaba con las inteligentes del salón y que era imposible que se fijara en mí, no quería enterrar el recuerdo del muchacho con ojos café inexpresivos que podía pasar horas mirando, no quería dejar atrás todo lo que representaste para mí, como solamente el hecho de mirarte me hacía sentir completa, ese niño del pasado, no lo podía enterrar, no, mi cielo, no podías hacerme eso.
Porque, a pesar de tu cambio, a pesar de lo que eras ahora yo seguía enamorada del muchacho que daba esas exposiciones tan gloriosas, que era tan dulce y diferente a los demás, que se caracterizaba por mirar al infinito cuando estaba pensando y que era capaz de darlo todo en un partido futbol, ese que se decidió por la medicina  y que a pesar de que nunca me amo, yo si lo ame, con ternura y esperanza o ¿Perseverancia? Soñaba con apoyarte y estar contigo como ahora, mi M.
Me pediste que te explicara la razón por la cual te seguía llamando así, querías que te llamara por tu nuevo apodo, que viera a la nueva persona en la que te habías convertido, me costó un poco la verdad entenderlo pero lo logre, no sin antes tomar ese nombre y fusionarlo con el otro, y así naciste tú, mi amor.
Por eso creo que eres el hombre de los miles de nombres y de los miles de facetas, pero Mi amor es un compendio de muchos nombres, algunos le dicen por su apodo del colegio, el chico tímido que no le gustaba meterse en problemas, que era destacado y le encantaba jugar futbol, además de un amor con las niñas del salón… fusionado con el apodo de la universidad (Que también recibe varios sobrenombres) ese muchacho tan brillante, fuerte y dulce que creo que absolutamente todos admiran, que destaca no solo por su inteligencia sino por su humildad y su amor a la carrera, además de la valentía de estar en otro lugar sin su familia , eres el hermano cariñoso que deja la comida lista y el hijo que solo busca dar y recibir amor, además del músico perfecto y el que le encantan los panes caseros, eres mucho, pero siento que el hombre de los mil nombres se queda corto como nombre.

Lo más lindo de esto, es que te amare en todas tus versiones, o en todos tus recuerdos, o en todas sus facetas (La verdad no lo sé) siempre serás el nombre del amor para mí o quizás prefieras que te llame ¿Mi amor?