miércoles, 29 de noviembre de 2017

El tiempo de nunca jamás




‘’Solo al soñar tenemos libertad, siempre fue así y siempre así será’’ El club de los poetas muertos.

El estaba ahí y yo también.

El estaba ahí y me sonreía, sus ojos café se veían más achocolatados hoy, tal vez por la luz. Estábamos en un jardín lleno de flores de distintos tipos y colores, hacia el horizonte nos observaba el sol de mayo y puede ser que yo me sintiera en las nubes, mas allá se podía ver un magnolio observando la escena, Trato de acercarme a paso lento e intento parecer tranquila aun cuando siento como el calor en mis mejillas aumenta… El solo sonríe y me hace señas para que me acerque, coloca una canción de The Fray y empieza a bailar solo, yo me acerco y él me invita a bailar con él.
.-Nunca digas nunca-. Susurra a mi oído, trato de moverme pero no puedo, le digo que no sé bailar y el sonríe de forma picara, luego me toma con sus manos para llevarme hacia él.
.-No te permitiré caer.- Dice con dulzura, sin embargo, mientras toma mi rostro entre sus manos, algo en sus ojos había cambiado… Ahora tenían un aspecto malicioso como un niño que está a punto de hacer una travesura.  
La canción sigue, quizás nos seguimos moviendo pero no siento nada, quizás estoy en otro mundo o tal vez el me llevo a otro mundo.
Sigo ahí, eran las 3:00 am y me levante de un salto… No sé porque pero me sentía confusa, quería llorar y a su vez reír, no pude evitar decirme a mi misma que ya había obtenido lo que quería, estar con él aunque creo que no de la forma en la que yo imaginaba.
Quizás mi triste realidad es que nunca voy a volver a verle y por eso mi propio subconsciente hizo una pequeña tregua para que yo al menos pudiera tenerlo tan cerca, tal vez a veces sucede así, no siempre estamos con aquellos que amamos pero esas treguas devuelven cierto alivio, en nuestros sueños… Unos cinco minutos de alegría pueden bastar para alguien que pasa veinticuatro horas imaginando algo que no va a pasar.
Al levantarme y mirar por la ventana un momento no me quedo la menor duda de que esa ilusión permanecerá viva dentro de mí para siempre, me prometí a mi misma que no voy a olvidarle y por eso tenía que escribir todo acerca de ese sueño, para recordarlo como una anécdota y al momento de leerlo recordar quien fuiste y quien eres.
Y si un día regresas, en el tiempo de nunca jamás o en mi propia realidad, prometo recibirte con todo el cariño que un día no pude darte, un cariño que no importa quién o que interfiera siempre será para ti.
Para mi seguirás vivo, esa pequeña luz que llego a mi vida en el momento en que mas estaba sumida en la oscuridad… Ese que me regreso a la vida cuando yo misma me concentre en no volver a sentir, por eso estaré infinitamente agradecida y  prometo no olvidarte y te aseguro que te volveré a encontrar.
Algún día, quizás donde terminan los sueños y empiezan los recuerdos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario